La mosca que soñaba que era un águila
Fábula de Augusto Monterroso
Había una vez una mosca
que todas las noches soñaba que era un águila
y, que se encontraba volando
por Los Alpes y por Los Andes.
En los primeros momentos
esto la volvía loca de felicidad,
pero pasado un tiempo
le causaba una sensación de angustia,
pues hallaba las alas demasiado grandes,
el cuerpo demasiado pesado
el pico demasiado duro,
y las garras demasiado fuertes;
bueno,
que todo ese gran aparato le impedía
posarse a gusto sobre los ricos pasteles
o sobre las inmundicias humanas,
así como sufrir a conciencia
dándose topes contra los vidrios de su cuarto.
En realidad
no quería andar en las grandes alturas
o en los espacios libres,
ni mucho menos.
Pero cuando volvía en sí, se lamentaba
con toda el alma de no ser un águila
para remontar montañas,
y se sentía muy triste de ser una mosca.
Por eso volaba tanto,
estaba tan inquieta,
daba tantas vueltas,
hasta que,
lentamente, por la noche
volvía a poner las sienes en la almohada.
Moraleja: a veces lo que queremos no es lo más adecuado para nosotros, y por el mismo capricho no nos damos cuenta de que no siempre es lo que nos conviene.
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