Los navegantes

Fábula de Félix María Samaniego

Lloraban unos tristes pasajeros

viendo su pobre nave, combatida

de recias olas y vientos fieros

ya casi sumergida,

cuando súbitamente

el viento calma, el cielo serena,

y la afligida gente,

convierte en risa la pasada pena.

Mas el piloto estuvo muy sereno

tanto en la tempestad como

en la bonanza.

Pues sabe que lo malo

y que lo bueno

está sujeto a súbita

mudanza.

 

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