El conejo y el perro

Erase una vez un tierno conejo, que se paseaba por toda la pradera sin preocuparse mucho por los depredadores que por ahí podían estar rondando. Se puede decir que este conejo era bastante despreocupado, sin duda no tenía malas intenciones son ningún otro animal, su vida se basaba en buscar provisiones para siempre mantenerse alimentado y poder vivir tranquilamente sin molestar a nadie.

Pero cierto día, sin darse cuenta, un potencial enemigo depredador estaba siguiendo al pequeño conejo, el cual estaba completamente inocente del daño que le podía hacer aquel animal; de hecho ni siquiera se había dado cuenta de que éste se encontraba merodeando por la pradera, esperando el momento exacto para poderse comer al pequeño conejín.

FABULAS SOBRE EL RESPETO

Cerca se encontraba el perro Tom, que asombrado observó aquella situación, dándose cuenta que el conejo no tenía ni idea de que aquel terrible depredador estaba a la espera del momento perfecto para poderselo comer. A pesar de que el conejo no era su amigo y que era un animal un poco más pequeño que él, Tom no iba a permitir quedarse de manos cruzadas viendo como se lo comían.

Se abalanzó al animal depredador y lo mordió, al final éste no logró su cometido y tuvo que irse rápidamente. El conejo le dijo a Tom que le tenía mucho respeto, por lo que si algún momento viese que su vida estuviera comprometida, no iba a dudar en ayudarlo.

Y así fue, en la temporada de invierno, Tom estaba sin provisiones de alimentos, casi muriendo de hambre, y al observar la situación el pequeño conejo no dudó en ayudarlo, llevándole parte de su comida para salvarle la vida a aquel amigo que lo había socorrido hacía un tiempo atrás.

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