El jardinero y su amo
Fábula de Tomás de Iriarte
En un jardín de flores
Había una gran fuente,
Cuyo bello pilón servía
De estanque a carpas, y otros peces;
Únicamente al riego
El jardinero atiende,
De modo que entretanto
Los peces agua para vivir no tienen.
Viendo tal desgobierno,
Su amo le reprende;
Pues aunque quiere flores
Deleitarse con los peces también quiere.
Y el rudo jardinero
Tan puntual le obedece,
Que las plantas no riega
Para que el agua del pilón no merme.
Al cabo de algún tiempo
El amo a su jardín vuelve;
Halla seca las flores,
Y enfadado dice de esta suerte:
Hombre, no riegues tanto
Que me quede sin peces;
Ni cuides tanto de ellos,
Que sin flores, gran bárbaro, me dejes.
La máxima es trillada,
Más repetirse debe:
No escriba quien no sepa
Unir la utilidad con el deleite.
Moraleja: lo que nos quiere transmitir Iriarte en esta hermosa fábula, es que la perfección de cualquiera de los trabajos que llevemos a cabo, consiste en saber equilibrar y unir lo útil y lo agradable. Solo así podremos alcanzar el éxito en lo que sea que hagamos.
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