La araña y el gusano de seda

Trabajando un gusano en su capullo, a la araña que tejía a toda prisa, de esta suerte le habló con falsa risa, muy propia de su orgullo:

-¿Qué dice mi tela, Don gusano? Esta mañana la empecé temprano, y ya estará acabada al medio día. Miré que sutil es, mire qué bella.

El gusano con sorna respondía:

-¡Usted tiene razón, así sale ella!

Moraleja: juzguemos la calidad de una obra por el resultado obtenido y no por la rapidez con que ella ha sido realizada, pues las más grandes obras suelen ser fruto de una larga paciencia por parte de su autor.

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