El futbolista creído

En los entrenamientos, siempre se solían compartir estrategias y tácticas que hicieran que el equipo fuese el mejor en el campo. La idea era ganar todos los partidos que se pudieran. Pero en las reuniones, siempre sabía destacar un jugador en específico, quien solía vociferar sus grandes capacidades para ser el mejor, y anotar más goles. Aseguraba que el sería la estrella que llevaría a la victoria al equipo, si era incluido en el partido venidero.

Sus comentarios hicieron que el equipo se llenara de altas expectativas, pues éste hablaba tan bien de sí mismo, que ellos pensaban que en algo debía tener razón; por lo que pusieron todas sus esperanzas en él y decidieron colocarlo como la figura estrella del partido, que juraría en varias posiciones y sería el responsable de llevarlos a la victoria.

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Llegó el día del partido esperado, de este dependía la clasificación del equipo en la final del que estaba calificado como uno de los mejores torneos del país. La euforia y alegría no se hacía esperar, puesto que con todo lo que había dicho el jugador, ya se creían con el pase asegurado.

Pero para su sorpresa, al entrar en cancha, el jugador creído no resultó ser más que palabras. El talento y la estrategia de la cual tanto se jactó, terminó siendo una farsa. Tanto que no pudo hacer nada para evitar la aplastante derrota que les haría el equipo contrario.

Moraleja: perro que ladra, no muerde.

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